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Qué es el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales de la vivienda

Dicho en términos sencillos, el Impuesto de Transmisiones Patrimoniales de la vivienda es un gravamen a la transmisión de bienes inmuebles. Básicamente se paga al comprar un inmueble de segunda mano o al arrendarlo. Veamos en qué consiste, cómo debe pagarse y quién debe declararlo.

Aspectos generales del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales de la vivienda

En primer lugar, cabe destacar que el impuesto de transmisiones patrimoniales únicamente es aplicable a las viviendas de segunda ocupación. Esto es así porque en el caso de las viviendas de obra nueva se aplica el Impuesto al Valor Añadido, o IVA. 

Con respecto a la persona que debe pagarlo, la normativa vigente específica que le corresponde a la persona que se beneficiará del inmueble. Por lo tanto, si se trata de una venta, será el comprador el responsable de su pago. En caso de que se trate de alquiler, será el arrendatario quién deberá cubrir su coste. Por eso, tanto el vendedor como el arrendador, según corresponda, quedan libres de responsabilidad ante el pago del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales.

Adicionalmente, aunque se trata de un impuesto de carácter estatal, el ITP es gestionado por cada comunidad autónoma. Por lo tanto, no existe una cantidad única aplicable en todo el territorio español. Pero, ¿en qué delegación de Hacienda debe realizarse el pago? En vista que el impuesto sobre transmisiones patrimoniales grava el uso o beneficio de la vivienda, su pago debe efectuarse en la comunidad autónoma en la que se ubica el inmueble.

¿Cuál es su coste?

La forma en la que se calcula el pago de este impuesto es sencilla, sin embargo existen algunas complicaciones al respecto. En primer lugar, es necesario determinar el porcentaje de gravamen que aplica la comunidad autónoma en cuestión. Como mencionamos anteriormente, este es un impuesto que es gestionado de forma independiente por cada comunidad. Por lo tanto, no existe un porcentaje aplicable a todos los casos. Adicionalmente, es necesario revisar las deducciones y bonificaciones aplicables al inmueble. Cada una de estas variables repercuten directamente en el coste final del impuesto.

El segundo aspecto a considerar es el valor de la vivienda. En este punto, no debe confundirse la cantidad económica que se ha pagado con el valor real. Es probable que la valoración de Hacienda sea muy diferente a la que figura en el contrato de compraventa. En cualquier caso, lo mejor es tomar como base las estimaciones y valoraciones publicadas por la administración tributaria. Esto es sumamente importante porque si Hacienda inicia una investigación y concluye que el valor es superior al declarado, entonces tendrás que efectuar el pago correspondiente, con las sanciones adicionales que Hacienda considere oportuno aplicar.

Un tercer factor que se toma en cuenta se relaciona con las características de la vivienda. Probablemente se tome en cuenta si su uso es de vivienda principal o no. Además, probablemente se tome en consideración la condición familiar del adquirente, lo que incluye su edad, su condición física y el número de integrantes de la familia. Todos estos factores pueden influir en el pago del Impuesto de Transmisiones Patrimoniales de la vivienda.